sábado, 4 de octubre de 2008

Qué pena que tus manos no están cerca.Intento levantarme temprano. Zumo de naranja preparado en la cocina y galletas con chocolate. Mi desayuno perfecto para una mañana de domingo. Domingo de despedidas y de buenviaje, domingo que me recuerda que mañana será lunes, el primer lunes de mi última rutina como universitaria, del último empujón. El sol lleva días y días escondido, sin atreverse a salir del todo. Nunca he sido de mirar el parte meteorológico, es algo que en realidad no me importa demasiado, es decir, que si mañana hará sol o aparecerán por fin esas nubes nacaradas no es algo que me quite el sueño. Prefiero levantar la persiana y descubrirlo por sorpresa yo misma, a saberlo de antemano. Por cierto, hace mucho frío. Sigue haciendo frío. Ya lo dice el refrán...cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo...y hoy precisamente mi perro jugaba a perseguirlos, me refiero a los grajos, sin darse cuenta que nunca llegaría a alcanzarlos por más que él intentara batir sus alas. Y claro, vuelven los sabañones a mis manos, el frío es lo que tiene,vuelven los guantes perpetuos y del grifo ya sólo podrá salir agua caliente...Y qué pena que el sol esté tan lejos y nunca nos pille a mano.

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